En el marco de la colaboración entre la Universidad de Moa y el Centro de Investigación del Níquel (CEDINIQ), se ha gestado un proyecto estratégico con el respaldo del Consejo de la Administración Municipal (CAM) de Moa, dirigido a explorar las potencialidades del municipio en la producción local de materiales de construcción y pequeña minería. Una de las destacadas propuestas es la producción de cemento de bajo carbono, una solución global para abordar el déficit de materiales en el sector de la construcción y mitigar las emisiones de CO2.

Este proyecto, que se extiende hasta febrero de 2024, busca realizar pruebas pilotos utilizando arcillas locales. La adaptación de la tecnología existente en la planta piloto permitirá la producción de adiciones minerales mediante la calcinación de dichas arcillas. Como resultado de estas pruebas, se anticipa la producción de 40 toneladas de arcillas calcinadas, que, al combinarse con material carbonatado y yeso, generarán aproximadamente 65 toneladas de extensor mineral (en este caso, LC2).

Este material podría duplicar la producción de cemento Portland en diversas aplicaciones dentro del sector de la construcción, lo que no solo contribuirá a la sostenibilidad ambiental sino que también reducirá los costos constructivos y acelerará los procesos de terminación. Se espera que esta prueba piloto siente las bases para la producción mensual de cerca de 345 toneladas de extensor mineral a partir del segundo trimestre de 2024. Este proyecto representa un paso significativo hacia la producción sostenible de materiales de construcción, alineado con los principios de innovación, eficiencia y responsabilidad ambiental.